Esta mañana abría una galleta de la fortuna que me vaticinaba una buena noticia y otra mala, no soy supersticiosa, y sin embargo, he esperado todo el día ambas caras de la moneda. He sonreído cuando algo bueno ha dado vida a una parte de la profecía. A las 21 horas aún no había encontrado algo significativamente malo (salvo una multa de la O.R.A. que por habitual, ya no tiene significado...) que encajase en esa segunda parte. Entonces ha ocurrido, estaba charlando con un amigo y al despedirnos he sentido un doble sentido punzante que encajaba a la perfección como sombra en un día por lo demás muy bueno.
Dándole vueltas frente a la terraza me ha dado por divagar. ¿Me ha condicionado la galleta? ¿Lo hubiese interpretado del mismo modo si en mi fuero interno no hubiese estado buscando esa segunda parte negativa? No creo en el esoterismo, escéptica ante el concepto de destino y crítica en cuanto a la intervención de la Providencia en busca del equilibrio cósmico, y aún así... aquí estoy condicionada por una estúpida galleta virtual. Cuando queremos ver algo, lo acabaremos encontrando, y a pesar de que en esta pequeña "meditación" me resulta una idea frustrante e irritante, no deja de tener una cara B. Si podemos sugestionarnos lo suficiente, ya tenemos la mitad del camino recorrido, es simple y llanamente el poder de la mente humana. Como leí tiempo atrás en el Facebook,
"CUANDO DESEAS ALGO CON FUERZA, YA ESTÁS PONIÉNDOTE EN CAMINO"